sábado, 10 de febrero de 2007

Valores Eticos Fundamentales

Valores Eticos Fundamentales

Los valores éticos son estructuras de nuestro pensamiento que mantenemos preconfiguaradas en nuestro cerebro como especie humana de cara a nuestra supervivencia. Los valores éticos son medios adecuados para conseguir nuestras finalidad. Al hablar de valores es importante diferenciar entre los valores que podemos llamar finales y los valores de tipo instrumental. Los valores instrumentales son modos de conductas adecuados o necesarios para llegar a conseguir nuestras finalidades o valores existenciales.

Estudios realizados por Rockeach demuestran, que mientras el número de valores finales que las personas dicen usualmente poseer no son mucho más de una decena, el número de valores instrumentales es más elevado, aunque no llega al centenar. No necesariamente debe existir una correspondencia puntual entre los valores finales e instrumentales. Además, para la obtención de un determinado valor final, puede ser necesario un determinado conjunto de varios valores instrumentales. Debemos tener en cuenta que cuando un valor meramente instrumental se le atribuye un valor extraordinario, pasa a ser percibido como final por su poseedor. Lo que tienen más propio los valores éticos (o, si queremos, los valores morales) es el imperativo de acción que comportan, es decir, son unos valores que se nos imponen como pautas de nuestra acción. Los valores éticos, pueden no coincidir con nuestros deseos, pero sentimos que debemos intentar realizarlos si no queremos perder categoría como personas que somos.

Justicia. Históricamente ha recibido muchas formulaciones, siendo la más clásica la de Ulpiano, al decir que la justicia consiste en “dar a cada uno lo suyo”. Las tradiciones liberal y social que confluyen en la Declaración Universal de los Derechos Humanos acabarán reconociendo que la justicia consiste en “dar a cada uno las condiciones para vivir en libertad y en igualdad”. En realidad la justicia es un valor que articula los restantes: el respeto a la libertad y su potenciación, el fomento de la igualdad, la realización de la solidaridad, el respeto a las diversas formas de vida, la toma de decisiones comunes a través del diálogo de manera responsable. Cuando se da todo eso, entonces se da la justicia.

Verdad.

El significado empírico de la verdad: puesto de manifiesto por el amplio y rápido desarrollo de las ciencias positivas. Aquí la verdad coincide con la verificabilidad; es verdad lo que es comprobable y cuantificable, pero en la superación de todo monismo positivista. La veracidad es /virtud moral. Como tal es actitud de toda la persona: disposición de la libertad, que yo soy, a la verdad. Y es virtud social, que abre a los demás, cualificando y promoviendo las relaciones. La veracidad es virtud de fidelidad: fidelidad a la verdad y en la verdad.

El hombre y la verdad El hombre se mide por la verdad y es medido por ella. Este ser, que es centro y señor del universo, no está por encima de todo, no es dueño y árbitro de una existencia carente de significado. Él está por debajo de la verdad, de la cual todo el ser y el existir recibe sentido y valor. La verdad hace la vida: la funda, la dirige, la finaliza. El hombre la busca y la acoge como promesa de libertad y creatividad.

Libertad. Un valor que todos reconocemos, pero que pocos sabemos defender, o del cual podemos abusar.

La libertad es un derecho natural de la persona, sin importar la edad, sexo o cualquier otra diferencia de cualquier índole. Gracias a la libertad podemos realizar aspiraciones: un mejor nivel de vida, formar a los hijos para que aprendan a tomar mejores descisiones, buscar un lugar adecuado para vivir, participar de manera activa en beneficio de la sociedad, llevar una vida congruente con la moral y la ética en todo el quehacer profesional, buscar una educación de calidad… pero estos son los efectos de la libertad, no la libertad misma.

La libertad puede entenderse como la capacidad de elegir entre el bien y el mal responsablemente. Esta responsabilidad implica conocer lo bueno o malo de las cosas y proceder de acuerdo con nuestra conciencia, de otra manera, se reduce el concepto a una mera expresión de un impulso o del instinto

La libertad y la ética Desde un punto de vista ético la libertad humana se puede definir como la “autodeterminación axiológica.” Esto significa que una persona libre se convierte, por ese mismo hecho, en el verdadero autor de su conducta, pues él mismo la determina en función de los valores que previamente ha asimilado. Cuando no se da la libertad –o se da en forma disminuida– entonces el sujeto actúa impedido por otros factores, circunstancias y personas, de modo que ya no puede decirse que es el verdadero autor de su propia conducta. De acuerdo con esto se dice que la condición previa de la libertad en un individuo es la captación y asimilación de los valores. En la medida en que un individuo amplía su horizonte axiológico podrá ampliar paralelamente el campo de su propia libertad. Y en la medida en que una persona permanezca ciega a ciertos valores, se puede decir que posee una limitación en su libertad.

Responsabilidad.

La humanidad ha realizado enormes avances tecnológicos, pero la propia tecnología ha generado nuevos problemas y desafíos. La responsabilidad hace referencia al hecho de que se le pidan cuentas a una persona por las consecuencias negativas de algo que ha realizado o dejado de realizar, o se le reconozcan las consecuencias positivas. La responsabilidad, como valor ético, tiene que ver con las consecuencias justas o injustas. Cuando atribuimos a una persona responsabilidad ética pensamos que la persona puede controlar su comportamiento a través de cuatro capacidades: a. Libertad de elección, es decir, capacidad de preferir una acción frente a otras posibles. b. Reflexión, que consiste en la capacidad de valorar racionalmente los motivos de su acción. c. Anticipación, que es la capacidad de considerar las consecuencias previsibles de la acción. d. Sentido de la justicia, esto es, la capacidad para distinguir lo justo de lo injusto. Cuanto mayor es el poder que una persona tiene, mayor es también su responsabilidad.

VALORES ÈTICOS

Lo que tienen más propio los valores éticos (o, si queremos, los valores morales) es el imperativo de acción que comportan, es decir, son unos valores que se nos imponen como pautas de nuestra acción. Los valores éticos, pueden no coincidir con nuestros deseos, pero sentimos que debemos intentar realizarlos si no queremos perder categoría como personas que somos. Nadie está obligado a ser una persona bella, ágil o simpática, pero toda persona está moralmente obligada a ser justa. Los valores éticos, a diferencia de los que no lo son, dependen de la libertad humana: una persona puede no ser justa, negando la exigencia universal de justicia. Y porque dependen de la libertad, los valores éticos sólo pueden atribuirse a las personas, no a las cosas: un paisaje puede ser bello pero no justo, unas deportivas pueden ser cómodos pero no buenas en sentido moral. Valores éticos: implican un deber hacer. Todos los valores comportan un deber ser: es deseable ser alegre, ser enérgico, ser útil, … Pero los valores éticos, además de éste deber ser implican uno deber hacer, son una prescripción o norma que tenemos que cumplir.

Pluralidad de valores éticos.

Los valores éticos se clasifican según diferentes puntos de vista. Considerando el nivel de mayor o menor incidencia social, hablamos de valores éticos públicos o cívicos y de valores éticos privados o personales. Justicia y bien son los valores fundamentales o básicos; todos los otros valores éticos no son sino concreciones de éstos.

                              Valores éticos           

Públicos o cívicos
Privados o personales

                              Justicia / Bien

Igualdad
Amistad

Libertad
Autenticidad

Solidaridad
Felicidad

Tolerancia o respeto activo
Placer

Respeto a la naturaleza
Ternura

Disposición al diálogo
Creatividad

Paz
Profesionalidad



La Justicia: es cuando decimos que se da cuando se respetan los derechos y la dignidad de las personas.

La Solidaridad: proviene de la palabra latina “solidus” y hace referencia a la vinculación deseable entre personas.

La igualdad: es difícil afirmarla legalmente ha sido una dificultosa conquista humana.

La Felicidad: Estado ideal al que todo el mundo aspira pero a menudo se entiende de manera diferente.

La Paz: Paradójicamente, dijese que se prepara la guerra para conseguirla; es también la ausencia de disensiones, conflictos u hostilidades.

La Amistad: Es una profunda vinculación con otros que lleva a compartir.

La Tolerancia: Implica respetar las convicciones de los otros y no impedir su ejercicio.

La Libertad: Su ejercicio implica romper vínculos y dependencias.

La Bondad: Es propio de la persona que tiende al bien.

No hay comentarios: