sábado, 10 de febrero de 2007

Un improvisado gabinete de crisis junto a la máquina de café

En los tiempos del mobbing, el estrés y el liderazgo, hay que destacar las conductas que dañan la relación, las que más desmotivan, las que llegan a convertirse a veces en auténtica presión psicológica y, en todo caso, originan el desprecio emocional hacia el mando superior.

José Hermida, periodista y experto en Entrenamiento humano y Comunicación persuasiva forma parte de Acción Training, empresa asociada aSaber Plus

Resumen

-Los comportamientos negativos de los Jefes.

-El boca a boca y el buzz en el interior de la empresa

-Buscando comportamientos mejores.

Uno de cada dos directivos españoles aborrece el que sus jefes le muestren falta de respeto. Sin embargo, sólo a una relativa minoría le parece mal que el superior se salte los horarios a la torera o que sea un cobardica incapaz de plantar cara a los problemas (datos del estudio Otto Walter 2003 sobre Comportamientos Negativos de los jefes).

Dicho de otra forma, no importa si su jefe es un inútil, pero si le trata con arrogancia, desconsideración o soberbia, su energía vital se convierte en su totalidad en una especie de fulminante tornado que borra todas las palabras del diccionario menos una: ¡VENGANZA!

Se trata de un asunto al que hay que prestar atención. Las venganzas se pergeñan en improvisados gabinetes de crisis convocados en torno a la máquina de café de la empresa. Allí se barajan estrategias del tipo genéricamente catalogado como a-partir-de-ahora, así llamado porque todas las iniciativas del subordinado admiten dicha locución introductoria, como por ejemplo: “a partir de ahora se va a quedar hasta las nueve su padre” o la peligrosísima “a partir de ahora que se ande con ojo”. Cuando un jefe tiene que andarse con ojo, ya es demasiado tarde: significa que hay gente que está deseando que se estrelle… o que está colaborando para que el tortazo tenga lugar cuanto antes. Son increíbles las ganas de perder el tiempo que tiene la gente. ¿Por qué no hacen algo útil como echarse una siesta o algo así?

La falta de tacto de los jefes cuesta un ojo de la cara a los accionistas: desmotivación, incomunicación y desconfianza son torpedos dirigidos a la línea de flotación del negocio. Vías de agua por las que se largan los mejores empleados y los clientes. Lo malo es que todavía hay individuos que creen sinceramente en que la antipatía y la falta de modales forman parte de una especie de catálogo de virtudes directivas. Esto sucede debido a un mecanismo natural de imitación que funciona de la siguiente manera: los mandos intermedios observan que los de arriba les tratan con soberbia, así que empiezan a entrenarse en esa actitud con los de abajo a fin de estar preparados para cuando les toque hacer de califas. Se convencen a sí mismos de que cortesía equivale a debilidad, y en una estúpida interpretación de los hechos, se olvidan de los buenos modales y se atribuyen la defensa de la Justicia, el Poder y el Destino. Cuando un jefe te pregunta de repente si has escuchado algo raro y tiene los ojos más abiertos de lo normal, es que está escuchando vocecillas que le confirman que él es El Elegido.

Afortunadamente ya hay pastillas para eso, pero no las toman.

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